A lo largo de los años, he visto cómo las personas llegan convencidas de que su problema es el gluten, los lácteos, los glúcidos, etc…
El verdadero punto de activación inflamatorio es el eje HPA-Immune (Hipotálamo–Pituitaria–Adrenal – Sistema Inmune), y esto lo he confirmado una y otra vez con pacientes que, pese a mejorar su dieta, seguían inflamados.
El estrés crónico hace cosas en el cuerpo que nadie explica bien:
🔍 1. El cuerpo se vuelve resistente al cortisol
En mis primeros años de consulta me sorprendía ver analíticas con cortisol desregulado en personas que vivían en modo alarma 24/7.
Hoy sé lo que ocurre:
Cuando el estrés dura demasiado, el cuerpo desarrolla resistencia al cortisol, igual que ocurre con la insulina.
Resultado:
El sistema inmune se queda sin capacidad para “frenar” la inflamación, y ahí es cuando empiezan los síntomas que parecen no tener sentido.
🔍 2. El estrés altera la microbiota en cuestión de 24 horas
He visto mejorías espectaculares cuando una persona aprende a regular su estrés… incluso sin cambiar todavía la dieta.
Esto no es magia:
El estrés reduce bifidobacterias, desequilibra la microbiota y deteriora la producción de SCFAs.
Conclusión:
Si el estrés está desregulado, la microbiota nunca se va a estabilizar.
🔍 3. Activa vías inflamatorias que no se apagan solo con dieta
Lo he visto decenas de veces:
Personas con dietas antiinflamatorias perfectas… que siguen inflamadas.
¿Por qué?
Porque el estrés crónico mantiene activas:
- NF-κB
- IL-6
- TNF-α
- Microglía cerebral en modo alarma
Y estas vías no responden solo a la alimentación.
Eso explica por qué tanta gente “come bien” y aun así está agotada, inflamada y con dolor.
🔥 2. El estrés crónico te hace perder músculo y alimenta la inflamación
Esto es algo que casi nadie explica, pero yo lo veo continuamente:
Cuando el estrés se vuelve crónico, el cuerpo empieza a “comerse” su propio músculo para producir glucosa y sostener el estado de alerta.
Este proceso —gluconeogénesis inducida por glucocorticoides— alimenta directamente:
- la inflamación
- la fatiga
- los antojos
- la niebla mental
- los picos de glucosa
Y el paciente piensa que le falla la dieta… cuando en realidad le falla el sistema nervioso.
🔥 3. Lo que he observado en miles de pacientes tiene explicación científica
Con los años, he podido ver una correlación brutal entre estrés y síntomas inflamatorios.
Siempre pensé que era una coincidencia… hasta que investigué la ciencia detrás.
🧠 El estrés crónico genera inflamación emocional
He visto personas con inflamación sin causa aparente… y todos tenían un denominador común: no podían bajar su nivel interno de activación.
Esto ahora lo entiendo mejor:
- IL-6 disparada
- microglía encendida
- sistema nervioso hiperreactivo con predominio simpático
- sueño fragmentado
Es un patrón clínico muy claro.
🦠 El intestino se inflama por estrés, no por gluten
Esto lo veo TODOS los años.
Pacientes convencidos de que son intolerantes al gluten, lácteos… pero cuando regulan su nivel de estrés, la “intolerancia” desaparece.
¿Por qué?
Porque el estrés aumenta zonulina y abre las uniones del intestino.
No es el gluten.
Es el estado del sistema nervioso.
🧨 4. La nueva dieta antiinflamatoria no es una lista de alimentos: es un sistema de señales
Después de tantos años, he entendido que el cuerpo no responde a alimentos aislados, sino al estado interno en el que llegan esos alimentos.
Dos personas comiendo lo mismo pueden tener resultados opuestos, porque lo que cambia no es la comida… sino el contexto fisiológico.
Por eso trabajo con una estructura propia que llamo:

🧩 5. “La pirámide de la antiinflamación basada en señales” (mi modelo clínico)
1️⃣ Señal 1: Seguridad fisiológica
Si el cuerpo no se siente seguro, no hay antiinflamación posible.
Trabajo con:
- técnicas somáticas sencillas
- respiración
- regulación vagal
- Ejercicio
- Gestión emocional
- restauración del sueño real
2️⃣ Señal 2: Estabilidad energética
He visto inflamación crónica por hipoglucemias reactivas, desayunos pobres y mala gestión horaria.
Regular hábitos de vida y de alimentación es fundamental para la estabilidad energética
3️⃣ Señal 3: Integridad intestinal real
Esto incluye microbiota, permeabilidad…
Pero —lo he visto demasiadas veces— no se arregla sin gestionar el estrés.
4️⃣ Señal 4: Activación antiinflamatoria dirigida
Aquí aplico nutrición clínica:
- omega-3
- cúrcuma
- polifenoles
- Vitamina D
- PEA
-
Etc…
🧨 6. Verdades que nadie dice, pero que he aprendido en casi 20 años de consulta
⭐ La inflamación es un idioma.
El cuerpo está enviando un mensaje, no fallando.
⭐ El cuerpo prioriza sentirse seguro, no estar sano.
Lo he visto miles de veces.
⭐ El estrés crónico no es psicológico: es metabólico.
Y se ve en analíticas, síntomas y patrones.
⭐ La inflamación no se “cura”: se negocia.
Y la negociación empieza por bajar el estado de alarma.
⭐ Si no dormimos bien, nada avanza.
Ni dieta, ni suplementos, ni ejercicio.
Conclusión: La antiinflamación empieza mucho antes de sentarse a comer
Después de miles de casos reales, tengo clarísimo que la inflamación es una respuesta protectora a una vida que el cuerpo percibe como amenazante.
Y cuando cambiamos esa percepción interna, bajamos la inflamación, aunque la dieta sea exactamente la misma.
La verdadera antiinflamación empieza en el sistema nervioso, y después pasa al plato.
Y aquí está lo que nadie quiere mirar, pero que cambia por completo la forma de entender la salud:
La inflamación no es el enemigo.
Es el mensajero.
La señal de un cuerpo que lleva demasiado tiempo cargando más de lo que puede sostener.
La inflamación aparece cuando:
- la mente calla lo que el cuerpo ya no puede ocultar,
- el sistema nervioso lucha batallas que la persona ni siquiera reconoce,
- y la vida se vive en modo supervivencia, no en modo presencia.
He visto inflamaciones desactivarse en semanas cuando la persona deja de pelear consigo misma.
Y he visto inflamaciones perpetuarse durante años en personas que comían “perfecto” pero vivían en guerra interna.
Porque la verdad —la que nadie dice, pero yo he visto miles de veces— es esta:
Tu cuerpo no quiere estar delgado, ni fuerte, ni perfecto.
Tu cuerpo quiere estar tranquilo, en paz y a salvo.
Y cuando por fin se siente seguro… entonces sí, todo lo demás empieza a sanarse.
Esa es la revolución.
Esa es la verdadera antiinflamación.
Y ese es el punto exacto donde empieza el cambio real.
Si llevas tiempo arrastrando síntomas y nadie ha conseguido darte respuestas claras, en Nutrición Científica Barcelona podemos ayudarte a comprender el origen real de lo que te ocurre y acompañarte con un plan serio, personalizado y científicamente fundamentado.